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jueves, 16 de junio de 2011

EFECTOS del CAMBIO CLIMATICO en la SALUD

PRIMERA PARTE
Una de las situaciones que está afectando notablemente la condición de salud del ser humano son los diferentes cambios climáticos…esta circunstancia ambiental lleva décadas en evolución sin embargo los resultados comienzan a hacerse notorios y evidentes. Les traigo una revisión sobre algunos hallazgos que quiero compartir con ustedes para que tengan una idea de que es lo que viene en los siguientes años.
El ser humano está ocasionando modificaciones sin precedentes en el medio ambiente global. El desarrollo económico se ha acompañado del uso de combustibles fósiles que han provocado el denominado "efecto invernadero", principalmente por la generación de dióxido de carbono y metano, lo cual tiene implicaciones en el clima mundial. Desde la década de 1850, momento en el que se empezaron a registrar las temperaturas, la tierra se ha recalentado aproximadamente 0.6 C, circunstancia que se ha producido principalmente en las 3 últimas décadas. El Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) ha estimado un incremento de la temperatura entre 1,8 y 5,8 ºC, y de los niveles marinos entre 9 y 88 cm durante el próximo siglo. Probablemente, el calentamiento será más evidente en los polos que en el ecuador. El tiempo de permanencia del dióxido de carbono en la atmósfera es superior a 100 años; por ello, nuestros actos afectan a las perspectivas de las futuras generaciones.
Estrés térmico
Con el cambio climático pueden producirse incrementos en la frecuencia de las olas de calor. Por ejemplo, en Inglaterra, hasta el año 1976, las olas de calor constituían un acontecimiento muy raro que se producía una vez cada 310 años, mientras que en el año 2050 es posible que ocurra cada 5 o 6 años. El efecto del recalentamiento urbano produce que la temperatura sea más alta en las ciudades que en las áreas suburbanas y rurales, principalmente debido a al abundancia de superficies que retienen el calor, como el hormigón y el asfalto negro. En 1995, la ola de calor de más de una semana de duración que azotó a Chicago produjo más de 700 muertes relacionadas con ello. La mayoría del exceso de mortalidad que se produce durante las olas de calor se debe a enfermedades cardiovasculares, cerebro vasculares y respiratorias, y se suele concentrar en las personas mayores y en los individuos con enfermedades preexistentes. Una proporción importante de estas muertes se produce en personas susceptibles que probablemente habrían muerto en un futuro próximo, aunque también hay un número sustancial de muertes potencialmente prevenibles. Los miles de personas que fallecieron en la reciente ola de calor que afectó a Europa reflejan los déficit que hay a la hora de tratar esta amenaza.
En Estados Unidos, las ciudades con climas más fríos tienden a experimentar más muertes relacionadas con el calor que las que tienen climas más cálidos, debido a que las poblaciones pueden aclimatarse más a los diversos grados de temperatura. La aclimatación se produce a través de un conjunto amplio de mecanismos fisiológicos, conductuales y tecnológicos, aunque no queda claro cuánto disminuirán dichos procesos los efectos adversos del cambio climático. El hecho de que los aumentos de la mortalidad relacionada con el calor puedan contrarrestarse por una disminución de las muertes producidas por el frío, probablemente varíe según la situación de la región afectada.

Inundaciones y sequías
Las poblaciones de los países en vías de desarrollo presentan más probabilidades de ser particularmente vulnerables a padecer inundaciones debido a que habitan en áreas de riesgo alto, como las planicies tendentes a las inundaciones y las zonas costeras, cuentan con infraestructuras de salud pública deficientes y sufren proporcionalmente un daño económico mayor. El impacto sobre la salud incluye la aparición de lesiones físicas y un aumento de los síndromes diarreicos, particularmente en los países subdesarrollados, en los que puede haber ya un aumento de la desnutrición. El aumento de la incidencia de enfermedades respiratorias puede deberse al hacinamiento de la población. El sobrecrecimiento de hongos puede producir también enfermedades respiratorias. A menudo se produce un incremento de enfermedades psiquiátricas, como la ansiedad y la depresión, lo cual probablemente se relacione con el daño sobre el medio ambiente doméstico y las pérdidas económicas. Se han comunicado aumentos en la tasa de suicidios y, en la edad infantil, puede incrementarse el número de enfermedades conductuales. Incluso los aumentos en los niveles marinos puede traer consigo un aumento del riesgo para las comunidades costeras.
La sequía puede tener un impacto sobre la salud en los países en vías de desarrollo, por sus efectos adversos sobre la producción alimentaría y sobre la higiene, debido a la utilización del agua fundamentalmente para la diera más que para la limpieza. Además, las epidemias de malaria pueden producirse durante las épocas de sequía como resultado de los cambios geográficos causados por el vector de la enfermedad.

"El niño" y la salud
Los episodios producidos por "El Niño", probablemente han ocurrido desde hace miles de años. El nombre procede de la observación de un calentamiento de agua lejos de la costa de Perú y Ecuador, lo cual se produce más notablemente alrededor de la época de Navidad (el acuñamiento del término "El Niño" por dicho morito se refiere al niño Jesús). Con un intervalo irregular que se produce cada 2 y 7 años, el calentamiento es anómalo y persiste entre 12 y 18 meses... Puede seguirse de una fase fría, que se conoce con el nombre de "La Niña". Los episodios asociados con El Niño se acompañan constantemente de lluvias torrenciales e inundaciones en la costa oeste de América Latina, aunque, además, producen efectos climáticos importantes en otras regiones distantes del mundo; este hecho se produce porque se alteran las corrientes de convección en el ecuador, lo cual produce modificaciones en los patrones meteorológicos. Por ejemplo, durante los años en los que se manifiesta. El Niño, se producen sequías en el sudeste de Asia, Indonesia y África del sur, mientras que se pueden producir inundaciones en el sudoeste de Estados Unidos, Argentina y Kenia.
Hay un número de análisis de series temporales efectuadas durante más de un episodio que sugieren una serie de impactos sobre la salud provocados por el ciclo de El Niño. La relación más constante se produce con las epidemias de malaria en algunas regiones de Latinoamérica y del sur de Asia. Los efectos pueden estar mediados por condiciones climáticas atípicas a corto plazo (p. ej., lluvias torrenciales en regiones áridas y épocas de sequía en climas más húmedos). La incidencia de muchas otras enfermedades, como el dengue, las infecciones por hantavirus, el cólera y la encefalitis del Valle Murria pueden estar influenciados por El Niño, aunque la calidad de la evidencia es variable.
Hay una relación entre el fenómeno de El Niño y la población afectada por catástrofes naturales, particularmente por las sequías, en una escala global. No se conoce totalmente cómo afectará el cambio climático al fenómeno de El Niño, aunque el IPCC ha sugerido que se intensificarán las sequías e inundaciones asociadas al mismo.

Polución del aire
El impacto de algunos contaminantes sobre la salud parece ser más intenso durante los meses estivales o durante las épocas de temperaturas más altas, aunque este hecho no se produce en todos los casos. Los valores de ozono tienden a ser más altos cuando las temperaturas son más elevadas, y algunos estudios han sugerido que el ozono contribuye al aumento de la mortalidad observada.
El cambio climático es probable que afecte al riesgo de incendios forestales, que en algunas regiones del mundo (p.ej., Malasia y Brasil) se han asociado con un aumento del riesgo de visitas ambulatorias por enfermedades respiratorias. Después de la ola de incendios que afectó a Florida en 1998, se produjo un aumento de las visitas a los servicios de urgencias por asma, bronquitis y dolor torácico.

Alergenos
Los inviernos templados pueden provocar un inicio más temprano de la polinización, por lo que se pueden incrementar las concentraciones de los diversos alergenos producidos por este fenómeno. Además, se ha demostrado que el aumento de los valores de dióxido de carbono aumenta el momento y la liberación de alergenos biogénicos (p.ej., partículas de ropa), tanto en estudios de interiores como in situ. Por ello, el cambio climático puede incrementar la incidencia de rinitis alérgica, la intensidad y la duración de los síntomas, o ambos.

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